Muchas personas encasillan a determinados deportes como el fútbol americano (rugbi), el box, el full contac, y a espectáculos como al toreo, en la columna de la brutalidad, pues generalmente la fuerza es la que impera como promedio, siendo la sangre un corolario permanente de los mismos. Y los asistentes a estos actos saben lo que van a ver.