El colegio funciona desde hace 10 años con ayuda de personas colaboradoras y de los padres de familia. Se ha convertido en educación ad-honoren. Ese aporte mensual y voluntario que dan los denominados "amigos del colegio", se ha convertido en un tanque de oxígeno que permite sobrevivir a este centro educativo de nivel secundario. Los habitantes de la parroquia Atahualpa, están cansados de la desatención. Su rector, Reinaldo Alcívar, asegura que ya han perdido la esperanza de que alguna autoridad se interese en gestionar la fiscalización del colegio. Engañados Una vez, en 1998 fueron engañados. Un funcionario identificado como Edgar Wilca solicitó 20 millones de sucres para realizar los trámites. El colegio entregó el dinero, pero el trámite nunca se hizo. Por la falta de definición el colegio incluso pierde cada año estudiantes. De los más de 100 alumnos que había ahora tienen 78. Los 9 profesores que laboran en el colegio también sufren las consecuencias del olvido de las autoridades educativas. Con los aproximados 360 dólares que recogen mensualmente deben cobrar todos. La necesidad Alcívar, señala que una de las soluciones es que el Ministerio agilite el trámite para que el colegio pase a ser fiscal. Ahora mismo el trámite sigue en el departamento de Planeamiento Nacional, pero con cada cambio de ministro o Gobierno deben empezar de nuevo.