El saliente secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld, fue objeto ayer de un homenaje de despedida en el Pentágono, con la asistencia del presidente George W. Bush y el vicepresidente Richard Cheney.
En una breve alocución, Bush celebró la hoja de servicio de Rumsfeld y acentuó que se trató de un funcionario gubernamental que siempre cumplió con “dedicación e iniciativas su deber al frente de la institución castrense”.
Servido con honor
En su mensaje de despedida a los militares norteamericanos, Rumsfeld subrayó “haber servido con honor a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos”.
Sin embargo, el ex director del Pentágono fue impactado por una andanada de críticas durante el 2006, a medida que el conteo de muertos estadounidenses ascendía en Iraq como consecuencia de tres fatales años de agresión.
Desde el inicio de la invasión de Washington a Bagdad en marzo del 2003, unos 20 mil soldados de este país perecieron o fueron heridos por la insurgencia iraquí cada vez más activa en la nación del golfo Pérsico. La nueva líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi había exigido su retiro.