Actualizado hace: 931 días 16 minutos
EL INVERECUNDO HEMÓFAGO
¡Cómo se va a morir…!

Sinvergüenzas como él, pocos. Sanguinarios como él, escasos.

Sábado 16 Diciembre 2006 | 18:16

Todos, una sola laya que debemos tener presente siempre y que no debieran morir, así nomás, sin pagar en vida lo que hicieron. Créame, lector, que el domingo pasado me invadió una desolación profunda cuando me enteré que La Bestia había muerto. ¡No!, me dije, ¡tenía que seguir viviendo! Debía, por lo menos, haber extendido su repugnante presencia planetaria hasta que se lo juzgara por todos sus horrendos crímenes. Ni un minuto menos. Discúlpeme, lector, por no creer en la eternidad ni en el juicio que Allá se pudiera hacer del genocida: acá era todo. Por eso, siento una desazón tremenda, un dolor profundo, impotencia repleta de ira por la prematura partida del monstruo nonagenario que debió sufrir su infierno sobre la Tierra, vivo. Para que nadie olvide y nunca vuelva a suceder.
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