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REACCIÓN
A. Uribe desoye reclamos ecuatorianos
INFOGRAFIA

El presidente colombiano Álvaro Uribe, afirmó ayer en Bogotá que su gobierno no puede permitir que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siga incrementando los cultivos de coca en la frontera con Ecuador.

Viernes 15 Diciembre 2006 | 20:00

“Con 10.200 hectáreas (de cocales) la FARC es capaz de financiar la destrucción del mundo”, sostuvo Uribe al responder a las críticas que ha despertado en Ecuador su decisión de reanudar la fumigación de siembras ilegales con el químico glifosato en las zonas limítrofes. Tras más de diez meses de suspensión, la policía antidrogas de Colombia restableció el pasado lunes la erradicación de plantaciones de coca en zonas montañosas de los departamentos de Nariño y del Putumayo, sobre la frontera común de 586 kilómetros. El régimen del presidente ecuatoriano, Alfredo Palacio, consideró la decisión de su colega colombiano como un gesto no amistoso, postura a la que se unió el gobernante electo, Rafael Correa. Palacio habló oficialmente ayer del tema, rechazando el reinicio de las aspersiones, durante la inauguración del Centro Nacional de Frontera (Cenaf), en Sucumbíos y cerca del puente sobre el río San Miguel, límite natural con Colombia. “Primero el respeto a la vida, primero no dañar, no se suprime un cáncer matando a los enfermos; por eso, Ecuador demanda, con todo respeto, no reiniciar métodos insuficientemente probados”, señaló. También preguntó al mundo cuál es el motivo por el que no se plantea una inversión internacional, por elevada que fuere, en un proyecto de investigación científica que determine, por qué la juventud del primer mundo necesita consumir droga a costa de los campos, de la condición humana y del sacrificio permanente de sus hermanos pobres. ONU realizará estudio El canciller Francisco Carrión manifestó que el Ecuador acudió a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que realice las investigaciones sobre los efectos que produce la mezcla utilizada en las aspersiones. Afirmó ayer que la ONU debe ser la encargada de realizar los estudios pertinentes sobre los daños que produce la fumigación con glifosato en la población ecuatoriana. Asimismo, insistió que la decisión de Colombia de reanudar las fumigaciones perjudica las relaciones bilaterales, considerando a esta acción como una muestra de hostilidad. “Hemos considerado la reanudación de las aspersiones como un acto inamistoso y hasta podría decirse hostil por parte de Colombia, frente a las muestras de solidaridad permanentes que ha tenido nuestro país, ante la situación que vive Colombia”. Ecuador insiste en que la erradicación de las plantaciones de coca cercanas a la frontera puede hacerse manualmente, tal como también lo solicitara Correa; no obstante, Colombia sostiene que en el sector hay zonas cuya topografía no permite la erradicación manual. Nervios de colombianos en Ecuador La tensión de estos días provocó inmediatas reacciones en la comunidad colombiana que reside en Ecuador y ha establecido diversidad de vínculos. Cifras extraoficiales aseguran que más de 500 mil colombianos residen, legal e ilegalmente, en Ecuador y unas 200 empresas han desarrollado actividades económicas que podrían ser afectadas por una posible ruptura diplomática. El anuncio de un posible control migratorio para deportar a los colombianos ilegales que radican en el Ecuador, cayó como un balde de agua a decenas de indocumentados que realizan trabajos informales en las calles de Quito. Bernardo Restrepo, de la Asociación de Colombianos Residentes en Ecuador, dijo que la situación es muy preocupante porque se está exacerbando el ambiente que acrecentará los focos xenofóbicos que ya se registran contra los colombianos. (Tomado de diario El Tiempo)
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