La Sala Tercera del TPIR, situado en Arusha (Tanzania), acusó a Seromba de genocidio y crímenes contra la humanidad en la modalidad de exterminio, informó el vocero de la corte, Bocar Sy, tras leer el veredicto emitido por tres jueces. Según la sentencia, Seromba facilitó en abril de 1994 la muerte de unas dos mil personas de la etnia tutsi que se refugiaban en su parroquia, en la provincia de Kibuye, de la persecución de los extremistas hutus. Tras los hechos, el sacerdote ordenó la demolición de la parroquia con máquinas excavadoras y los pocos sobrevivientes fueron ultimados. Soroba fue absuelto del cargo de conspiración por ser un religioso muy conocido, aunque la corte lo condenó por genocidio y crímenes contra la humanidad.