Las fumigaciones tuvieron 10 meses de suspensión, tras la protesta ecuatoriana de que el glisofato (herbicida utilizado) es dañino para los pobladores, flora y fauna, cerca del área de aspersión. Sin embargo, el gobierno de Álvaro Uribe decidió reanudar las fumigaciones ante el incremento de las plantaciones de coca en la zona limítrofe. El presidente colombiano en su momento afirmó que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aprovechó la suspensión para sembrar unas 10.000 hectáreas. Por su parte, el presidente electo de Ecuador, Rafael Correa, calificó de “terrible” la reanudación de las fumigaciones, pues el herbicida por efecto del viento llega a territorio ecuatoriano, provocando problemas al entorno. Entonces, pedirá a las autoridades de Colombia que las aspersiones se hagan de forma manual. Mientras, la policía antidrogas de Colombia aseguró ayer que la soberanía ecuatoriana no sufrirá menoscabo alguno con el reinicio del programa de fumigación aérea. Las tareas “se desarrollarán con el mayor respeto” a la soberanía de Ecuador, dijo el jefe de la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional, Jorge Barón, al formalizar ayer el nuevo comienzo de las aspersiones. Las operaciones tienen como objetivo la erradicación de las cerca de 10.200 hectáreas de matas de coca que, según cifras oficiales, existen en áreas de los departamentos, limítrofes con Ecuador. Barón explicó en un comunicado que la Policía Antinarcóticos tiene un programa de trabajo que incluye la concentración de las fumigaciones en la región fronteriza, en la que ha registrado una “resiembra” de cultivos. “La preparación de las operaciones de aspersión es minuciosa y contamos con los recursos humanos y tecnológicos para garantizarle al país la reducción efectiva de las áreas cultivadas y la protección de las comunidades y la biodiversidad de las zonas afectadas por el narcotráfico”, aseguró el oficial. En este contexto, Barón recordó que un estudio que elaboraron expertos contratados por la Comisión Interamericana para el Control y Abuso de las Drogas (CICAD), que pertenece a la OEA, concluyó que la salud humana y el medio ambiente no corren un “riesgo significativo” con el compuesto que Colombia usa para destruir los cocales. La reacción de Correa Los colombianos “no pueden hacer aspersión en avionetas, ya que eso pasa al lado ecuatoriano con perjuicio para nuestros cultivos”, añadió Rafael Correa, quien tomará posesión de la Presidencia de la República el próximo 15 de enero. Correa tratará este tema en la visita que hará este mes a Bogotá, a donde viajará por invitación del Gobierno de ese país vecino. Asimismo, el Presidente electo negó que ese tema haya influido en la cancelación de su viaje a Bogotá, que fue anunciado para el pasado fin de semana, pero que no se concretó. El viaje a Colombia nunca se confirmó, señaló Correa, tras aclarar que no se concretó debido a que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, no viajó a la ciudad boliviana de Cochabamba, donde se celebró la Segunda Cumbre Sudamericana de Naciones. Correa, que sí asistió a la cita en Cochambamba, tenía previsto volar desde esa ciudad boliviana a Bogotá junto a Uribe, pero luego, por la inasistencia del colombiano, fue a Lima, donde se entrevistó con el presidente peruano, Alan García. PERJUICIO Tanto en el lado colombiano y ecuatoriano han habido reclamos de destrucción de plantaciones, debido a las fumigaciones realizadas.