Solicitan documentación excesiva, lo único que falta pedir es la partida de nacimiento; son exigentes pero tortuguistas, y todo postergan para la próxima semana. Por último se pierde la documentación, se traspapela, y muy fríos dicen que haga el trámite de nuevo y que lo ingrese por archivo, para que la próxima semana venga a ver la respuesta porque el jefe se fue de viaje a Quito. Pasa al área técnica, hacen estudios y análisis y por los múltiples ocupaciones; despachan el trámite a los 2 meses porque no hay aceite, comisión, ni sobreprecio. Todos los días se ven colas de profesionales esperando, meses, tramitar sus planillas. Imponen precios del producto baratos, que con el tiempo que demora el trámite suben los precios de la materia prima y uno sale ahí, o ha perdido; tomenlo o dejen el contrato, dicen ellos. Por fin pasó el trámite al área jurídica, llevar de nuevo documentos ya que están caducados, 3 meses de atraso por motivo de la lentitud del trámite, y más requisitos y exigencia; hay puente vacacional, no hay coima, ni aceite y esperar unos 30 días más. Pasó a financiero, argumentan que hay que esperar el orden de los contratos atrasados; hay mucho trabajo retenido por falta de recursos, espere un mes más, sin regalar una cola. Se vence la póliza, exigen entrega rápida, viene la campaña, pero el informe de bodega no avanza por que el sistema está lengo. 15 visitas y hay que esperar un mes más para que pase el informe al jefe de adquisición y después de 20 días más pasa al jefe administrativo, según la orden de pago por disposición del jefe mayor. Pasa el trámite después de haber subido 20 escaleras más y haber esperado 20 días más para cobrar un pequeño anticipo de cancelación. Este centralismo local, obsoleto, se acabará con el nuevo gobierno del Econ. Rafael Correa, porque con una mano manejará la transparencia, y con la otra mano la eficiencia empresarial.