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Santo Domingo de los Tsáchilas
"Con un ojo abierto y otro cerrado"

Maritza Cañitas tiene cuatro hijos y durante las noches su esposo trabaja como guardia. Ella aseguró que desde el miércoles le toca dormir “con un ojo abierto y el otro cerrado”.

Sábado 22 Enero 2011 | 11:35

Martiza es moradora del barrio Nueva Juventud, ubicado en la vía a Quevedo.
Está consciente que detrás de su vivienda hay una loma de tierra, pero dice que durante los ocho años que ha vivido en el sector no ha sucedido nada, “igual toca estar atenta”, dijo la mujer de 39 años.

 Se inunda.
Con escoba en mano la tarde de ayer Marisol Zambrano sacaba el agua que ingresó a su   casa luego de un aguacero de 20 minutos.
“Las paredes de la parte de atrás me filtran, todos los inviernos la situación es la misma”, dijo la mujer mientras le pedía a uno de sus hijos que el ayudara.
Ella también vive en el barrio Nueva Juventud, quien dijo que la zona es segura a pesar de que las viviendas están construidas en medio de dos lomas de tierra.
Ella no recuerda que durante los ocho años que tiene viviendo en el sector algunas de 33 familias hayan tenido problemas en cuanto a deslizamientos de tierra.
“Temor tenemos, porque vivimos prácticamente en un hueco y cada vez que llueve nos llenamos de agua, pero si no es aquí dónde vamos a vivir”, dijo Carlos Alberto Zambrano.
Él junto con su esposa viven en la primera vivienda del sector, que fue visitado por miembros del Municipio quienes realizaron una inspección el año pasado.
Mediante dicha inspección el Municipio les dio luz verde para que vivan en el lugar, según ellos no implica ningún tipo de riesgo, mencionó Enma Llánus, presidente del sector.
“Solo estamos esperando que nos vengan a colocar las tuberías de aguas lluvias para que vivamos más tranquilos”, mencionó Llánus.
 pasado. Para Julio César Calero, jefe de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), sede Santo Domingo, el problema no es de ahora.
“Las pésimas administraciones municipales pasadas tienen gran culpa de las inundaciones y de los inconvenientes que se están dando en la ciudad. Hay lugares en que las tuberías de las aguas lluvias han colapsado debido a que han cumplido 30 o 40 años de vida útil”, mencionó Calero.
Sostuvo también que en las zonas de riesgo se está trabajando con inspecciones rutinarias, pero que muchas veces las personas mismas levantan viviendas en lugares en los que no deberían hacerlo. “Otros de los problemas de las inundaciones es que las alcantarillas de aguas servidas están taponadas debido a que la ciudadanía lanza basura en las calles”, mencionó Calero.

 preparados.
Para Miguel Ángel Villavicencio, morador de la cooperativa Villa Florida, las autoridades no están preparadas para actuar ante una emergencia en la ciudad.
“Solo con las pocas inundaciones que se han dado no han sabido qué hacer ni cómo actuar”, mencionó Villavicencio, quien también criticó que durante años no se haya creado una ordenanza que regule o que impida que se construyan viviendas en quebradas, laderas, pendientes o en las orillas del río Pove.
“Todos tenemos la culpa, desde los ciudadanos hasta la más lata de las autoridades, solo queda trabajar y seguir trabajando para tener mejores días”, finalizó Zambrano.
Según un informe entregado en el 2009 por la Defensa Civil, en la ciudad hay más de 60 zonas de riesgos. Entre ellas destacan parte de la Villa Florida, barrio Zaracay, La Aur--ora, Unión Cívica, El Paraíso, la Modelo y varios sectores más.

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