El Gobierno brasileño calculó que cinco millones de personas viven en 500 áreas de riesgo que existen en el país, en las que se pueden repetir tragedias como la ocurrida en Río de Janeiro, donde al menos 655 personas murieron la semana pasada por deslizamientos causados por las lluvias.
La semana pasada, tras el desastre en la región serrana de Río de Janeiro, la presidenta del país, Dilma Rousseff, ordenó a varios ministerios, entre ellos el de Ciencia y Tecnología, que se ocupen de diseñar un nuevo sistema nacional de alarma y prevención de desastres naturales, que será coordinado por la Defensa Civil. Asimismo, dijo que será necesario realizar nuevos levantamientos geofísicos de todo el territorio nacional, pues actualmente no hay datos debidamente actualizados, que servirán para reubicar a cientos de familias. <