Honorio Cevallos Cantos, de 45 años de edad, empresario y presidente del club Delfín S. C, fue asesinado mientras estaba tomando unas cervezas en compañía del técnico del club Juan Carlos Bedoya y unas amigas.
Bedoya comentó que Cevallos lo había invitado a “refrescarse” a ese bar, ubicado en la avenida 20 y calle 10, cuando eran las 11h30.

Atentado.

El ataque fue aproximamente las 14h00. En una de las mesas del bar que están ubicadas en el portal, estaba Honorio Cevallos, Bedoya y dos amigas, entre ellas Gina Saldarreaga, quien también resultó herida.
Muchos clientes vieron arribar a una motocicleta negra con dos individuos a bordo; uno de ellos bajó del vehículo se acercó a Cevallos y le disparó por los menos 8 veces apuntando a la cabeza.
Luego, el sujeto corrió hacia la moto y con su cómplice se dio a la fuga. Las balas también alcanzaron a Gina Saldarreaga que estaba sentada a la izquierda de Cevallos. 
Bedoya estaba a la derecha, de espaldas a la calle, por eso el técnico dijo después que no alcanzó a ver al atacante. “Sentí que una bala me rozó por la cabeza”, expresó el entrenador colombiano.

Después de unos 5 minutos llegó una ambulancia del Cuerpo de Bomberos.

Los socorristas comprobaron la muerte de Cevallos e inmediatamente se llevaron a Gisella Saldarreaga al hospital Rodríguez Zambrano.

Allá se comprobó que una bala impactó en su pierna izquierda y dos se alojaron en su espalda a la altura de la columna. Su estado es delicado.

El cuerpo del empresario quedó sentado en la silla del bar ante la mirada atónita de los clientes y de las personas que habitan en la avenida 20.

Cuando la hermana de Cevallos, que es doctora, llegó a la escena del crimen, dijo que el cuerpo aún tenía signos vitales. Ella forcejeó con los policías que trataban de impedir que se lleve el cuerpo porque esperaban que llegue la fiscal de turno Lorena Romero para que realice el levantamiento del cadáver.

Amigos del occiso tomaron su cuerpo lo llevaron sentado en la misma silla hasta una camioneta y luego a la clínica San Gregorio, de la cual Cevallos era el propietario.
Ya en la clínica, a donde llegaron los familiares y decenas de amigos, se decía que lo estaban interviniendo quirurgicamente.

Los familiares nunca confirmaron el fallecimiento y tampoco permitieron a la fiscal Lorena Romero que realice el levantamiento del cadáver. Según la Policía, los familiares negaban su muerte para evitar que el cuerpo sea llevado a la morgue del cementerio “Parques del Recuerdo” para que le realicen la autopsia de ley.
Finalmente ese procedimiento no se completó por la férrea oposición de la familia del empresario muerto.

Fue acusado 

El empresario fue figura pública porque era dirigente deportivo. En el 2007 fue acusado de ser el autor  intelectual de un intento de asesinato del abogado Carlos Teodoro Delgado, pero esto no pudo ser probado.

Además, hace más de una década estuvo detenido porque supuestamente estaba vinculado con el narcotráfico.

Miguel Honorio Cevallos fue padre de tres hijos en dos matrimonios.

Actualmente estaba casado con María Alejandra Vera de 27 años de edad con quien procreó una niña. Antes estuvo casado con Roxana Loaiza y con ella tuvo dos hijos.