Allí le realizaron una tomografía porque el equipo del hospital está dañado. Todo esto le pasó a Ivana Valdivieso, tres días después de haber nacido.
Su padre Rodrigo Valdivieso gastó 40 dólares en este examen. Si el tomógrafo hubiera funcionado, se habría ahorrado ese dinero. Éste sólo es un caso. En el segundo piso hay más, un mamógrafo que no funciona desde hace tres meses y un ecógrafo que al parecer se unió a la fiebre del daño de todo equipo que termina en “ógrafo”. Las autoridades dicen que están esperando a los delegados del Ministerio de Salud que llegarán a repararlos.
 Antes de la declaratoria de gratuidad en salud, que hizo el actual Gobierno, atendían 200 personas por día, pero actualmente el número de pacientes llega a 600, dijo Violeta Ávila, directora del hospital.
El centro médico fue construido para una población de 80 mil personas, actualmente en Manta existen cerca de 250 habitantes.
El hospital tiene 63 médicos y 23 residentes. Ávila indicó que necesitan al menos otros 23 doctores.
La entrega de medicinas tampoco satisface todos los requerimientos. La mayoría de pacientes deben comprar medicamentos en las farmacias ubicadas fuera del sanatorio.
En el área de Gineco-obstetricia el reloj marca las 10h00. A Carmen Briones de 54 años aún no se le pasa el sueño perdido. Lleva más de 12 horas en el suelo. Como a otras personas le tocó dormir allí. No hay bancas, ni salas de espera. 
La semana anterior luego de que el presidente Rafael Correa visitará un hospital en Guayaquil y se diera cuenta de su pésimo estado, se declaró la emergencia en ocho hospitales del país, El Rodríguez Zambrano no está incluido en esta lista. Ahora sólo queda esperar que Correa llegue y se dé cuenta que en Manta pasa lo mismo, dijo un grupo de pacientes.