"A pesar de que se han hecho todos los intentos humanamente posibles por parte del cuerpo médico (...) no se ha logrado una recuperación del cuadro crítico presentado" por Rubio, quien la semana pasada sufrió un infarto cerebral y un paro cardiaco, dijo la familia en un comunicado difundido por una agencia de relaciones públicas.
Por el contrario la salud de Rubio, quien además presenta problemas renales, "se ha deteriorado considerablemente", agregó la fuente.
Aseguró que la familia pasa por "un momento muy difícil" ante "la posible pérdida de su ser querido", por lo que pidió a los periodistas su comprensión para que despejen la entrada y salida de las instalaciones hospitalarias donde se encuentra el padre de Paulina Rubio.
Además, por estas circunstancias, descartó cualquier posibilidad de entrevistas o declaraciones a la prensa.
Rubio tuvo que ser ingresado en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) la noche del 3 de enero, después de haber regresado a la capital mexicana desde Miami, donde había pasado la Navidad en compañía de sus hijos, Paulina y Enrique.
El pasado jueves el padre de Paulina Rubio fue trasladado a otro hospital del IMSS debido a "que era necesario que se le administrara el tratamiento de hemodiálisis" por el "problema de insuficiencia renal que presenta desde hace más de un año".