Actualizado hace: 937 días 5 horas 28 minutos
DRAMA
Una operación les cambió la vida

Lilia Macías Romero aprovechó que estaba de vacaciones para operarse del problema de la vesícula que le molestaba. Cinco meses después murió.

Martes 11 Enero 2011 | 00:00

Vladimir  Sánchez Carranza y Juan Carlos Vélez, esposo e hijo de Lilia, quieren justicia. Ellos denunciaron a Bladimir Intriago Flor por mala práctica médica y homicidio inintencional. Señalaron que el 12 de agosto del 2009 Lilia fue operada por Intriago en el hospital del IESS. Aseguraron que luego de la cirugía la salud de Lilia, quien era trabajadora social, emperó, pues durante la operación le cortaron  la unión del hepato-coledoco. Aún así le dieron de alta el 14 de agosto.
"Ella reingresó el 15 de agosto por presentar distención abdominal y llenarse de gases, además no podía respirar. Intriago dispuso que le hicieran varios exámenes, pero ninguno sirvió para mejorar la salud de mi esposa", dijo Sánchez, quien señaló que la paciente fue trasladada a Guayaquil al hospital del IESS, donde los médicos le indicaron que no podían realizarle una colangeografía porque no tenían los equipos.
Finalmente fue llevada a la clínica Kennedy, donde se le hizo el examen y se detectó que toda la bilis se le había regado por el organismo, contaminándolo. Lilia falleció el 2 de enero del 2010.

PROCESO JUDICIAL.
Los familiares de la fallecida denunciaron el caso en la Corte de Justicia, y recayó en el juzgado segundo de garantías penales, donde el titular, Arturo Mera, el 3 de enero de este año  citó a Intriago para que declare en el caso.
El médico, en declaraciones para este medio, dijo que durante la operación tuvieron una complicación quirúrgica (no especificó cuál) que no se detectó a tiempo, por lo que luego, por el mal estado de la paciente, dispuso un examen de CPRE (colangeografía), por lo que tuvo que ser derivada a Guayaquil, pero en el hospital del seguro no tenían ese equipo y finalmente se lo realizaron en una clínica particular, pero dijo que se perdieron más de 20 días, lo cual incidió en el agravamiento de la salud.
Agregó que la paciente fue operada dos veces más en Guayaquil y finalmente murió en enero del 2010 por una trombosis.
Agregó que una vez conversó con los familiares y les propuso ponerlos en contacto con el mejor cirujano de vías biliares en Quito, el cual fue su profesor de universidad, pero no aceptaron.
También aseguró que la mortalidad quirúrgica se relaciona en un máximo de 30 días y la paciente falleció cinco meses después.<

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