Así de sencillo... “El hospital y la cárcel, la iglesia y el cementerio” son cuatro palabras históricas pronunciadas en algún lugar del planeta por el puertorriqueño Daniel Santos, y que están abiertas para el alcohólico que se enferma más fácilmente y muere rápidamente.
Nadie podrá ayudarnos si no estamos dispuestos a salir de esta cancha, donde se tiene como jugadores a los amigos alcohólicos y como árbitro a la botella de licor. Fácil es jugar y esconderse detrás de la botella, sin comprender que las mayorías de las enfermedades, especialmente el hígado graso, la úlcera gastroduodenal, los riñones destrozados, la cirrosis hepática se derivan del alcoholismo, que es activo cuando se va de borrachera cuatro veces al mes. Las muertes y lesiones por accidentes de tránsito mortales son ocasionadas cuando el chofer anda con su mente y su cuerpo de mal en peor por efecto del alcoholismo activo.
Atrás debe quedar aquella costumbre de que cada celebración, sea jubilosa o triste, esté acompañada por el alcohol. Los buenos humanos no pueden considerar a la botella de licor como un festín situado al margen de la sociedad, cuando todos pertenecemos a la sociedad y cada uno tenemos nuestro propio papel; pero qué papel podemos cumplir si nuestra vida está comprometida con los amigos alcohólicos y la bebida alcohólica.
Otro aspecto trágico del alcoholismo es cuando consume o le dan de consumir otros tranquilizantes, que los llevan a ser una persona inútil, tener el comportamiento de un robot o convertirse en el terror para la esposa, los hijos y toda la familia.
Por supuesto que el alcoholismo es una enfermedad que puede terminar no sólo con la existencia física del ser humano sino con la vida de los seres que más ama. Se ha errado en la costumbre de que los principales equipos de fútbol y jugadores están auspiciados por las bebidas alcohólicas, más aún, en sus camisetas llevan la marca de una cerveza.
Es peligroso que aparezcan los temblores en las manos y otras partes del cuerpo, cuando los humanos con cualidades y virtudes, defectos y pecados, somos diferentes a los demás seres de este planeta porque tenemos la capacidad de comunicarnos, enfrentar con acción y decisión al alcoholismo activo que no respeta sexo, edad, condición social y económica.
Reflexionando: Claro está que otras enfermedades también son mortales, pero el alcoholismo activo antes de matar, lo calumnia, lo difama y los desprestigia. <