En las colinas de Portoviejo viven más de 10 mil personas. Un gran porcentaje no cuenta con los servicios básicos. El agua llega en tanqueros
La ciudad fue creciendo hacia arriba. Sobre las laderas de las colinas. Unas diez mil personas viven más allá de la cota 70. Conviven con el peligro de los deslaves porque el suelo está compuesto de arcilla expansiva.
La tarde del jueves hubo una reunión entre el Municipio y moradores de las colinas. Llegaron más de 30 habitantes de las colinas para plantear propuestas para detener la construcción de casas y la agricultura.
Xavier Valencia, coordinador del Proyecto de Modelo de Gestión de Riesgo, no quiere hacer castillos en el aire. Ejecutar propuestas para salvar las colinas no es tarea de uno o dos años, llevará varios. O puede ser que fracase si las instituciones públicas y la comunidad no asumen la responsabilidad que le corresponde, manifestó.
El técnico dijo que se han dado pasos para que la segunda opción sea descartada. Se busca tomar el ejemplo del denominado Eje Cafetero de Colombia, donde hay asentamientos humanos en las colinas.
En esa región hay “políticas municipales y del gobierno” que desarrollan programas como la de los guardianes de las laderas. Son mujeres que cuidan las laderas y reciben un sueldo por aquello, agregó.
La ordenanza
Sin recursos económicos poco se puede hacer por la protección de las colinas. Para revertir aquello el concejo municipal aprobó en primer debate una ordenanza para cobrar un valor que sirva para recuperarlas.
El pago sería una vez al año y el dinero que se obtenga debe ser invertido por el departamento de Ambiente para implementar acciones dirigidas a solucionar los problemas de deforestación y otros originados por asentamientos poblacionales.
Se establece que quienes tengan propiedades avaluadas en 3.750 dólares cancelarán un dólar. Los que están entre ese monto y 20.000 dólares pagarán 1,50 dólares, y quienes tengan valores superiores cancelarán entre 3 y 8 dólares.
Reforestación
Eugenio Cruz, director Municipal de Ambiente, indicó que se ha solicitado a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), la donación de 15 mil dólares para reforestar 100 cuadras de las colinas.
Los recursos serían invertidos en la adquisición de las plantas y la limpieza del suelo.
El trabajo lo harán las personas que viven en las colinas y de esa manera se evita que continúen sembrando cultivos de ciclo corto.
El Cosude trabaja con la Defensa Civil, el Municipio y de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ), en la identificación de los lugares vulnerables ante posibles deslizamientos. El proyecto consta de tres componentes: la elaboración de los mapas de riesgo, la capacitación a la comunidad que vive en las colinas y el fortalecimiento institucional que tiene como finalidad que el Municipio desarrolle sus capacidades locales en el manejo de riesgo en caso de problemas.
La reunión del jueves forma parte del proyecto que concluye en mayo del 2007 y luego debe ser liderado por el Municipio.
La siembra
Arquímedes Rezabala está en la lista de los que siembran en las colinas. Y dice que continuará porque es un agricultor de siempre aunque gane poco. Hay en marcha una campaña para detener la construcción de viviendas y la siembra de cultivos en las laderas. Los resultados no son alentadores. A vuelo de pájaro se observa que las colinas continúan siendo agredidas durante esta época.
Un informe del Ministerio de Ambiente indica que la ocupación indiscriminada de las colinas tiene graves consecuencias. Con las lluvias descienden sedimentos que afectan el sistema de alcantarillado. Con los desvales “se inundan las partes bajas y planas de la ciudad”, señala el documento. En 1975 se resolvió la declaratoria de la zona de Reserva Forestal de la Colinas de Portoviejo. Luego, en 1994, hubo otra declaratoria de bosque y vegetación protectora. Se aprobó un plan de manejo y en el 2004 una ordenanza del uso del suelo.