Dentro del proceso de mejoramiento de la educación, en el cual están inmersos la totalidad de los docentes, hay una pieza que no encaja en ese gran engranaje para el funcionamiento del mismo.
Y en esto “robaré” la frase que escuché de un acalorado maestro que aspira a ingresar al magisterio y que dio cabida para redactar este comentario, quien dijo, muy ofendido, que por qué a los aspirantes a docentes se les realizan tantas pruebas y se los observa como conejillos de India para obtener el aspirado puesto, mientras existen funcionarios que hasta para brindar un saludo “les pesa la lengua”. Es una situación que comparto, porque al igual que él estoy en la lista de este asunto y coincido igualmente en apreciar la calidad de ejecutivos de la docencia que se pasean por doquier en nuestra provincia, y me imagino en el Ecuador.
Existen supervisores que han hecho de este oficio un “negociado de gallina de huevos de oro”, especialmente los que coordinan el nivel de Educación Popular en el que están inmersos los Centros de Formación Artesanal. Situación que da cabida para creer que se les debe llevar a efecto una evaluación al igual que a los aspirantes para ingresar a la docencia o desean un cambio; a ellos también se les debe exigir un nivel de preparación que vaya acorde a la calidad de servicio y apertura que deben brindar en los correspondientes planteles de la provincia.
Igualmente, existen otros funcionarios que estiman que con los años que llevan en las actividades de la supervisión ya “lo saben todo”, sin embargo, actúan creyendo tener “ovejas a sus pies” y que los maestros deben obedecer a raja tabla, sin un análisis o investigación previa.
Si enumero otras “cualidades” muy alejadas de lo que verdaderamente se debe aplicar en este campo de la educación, se llegará a la conclusión a la cual hago participe hoy. ¿Quién los evalúa a ellos? ¿En qué parámetros se los evaluaría?
Cuando se empezó con el proceso de evaluación, al cual rudamente accedió la UNE, se obtuvieron muchas sorpresas, igualmente a los directivos de colegios y escuelas, es preciso contar con un poco de imaginación para pronosticar los resultados que se obtendrían de varios de estos señores afortunados por tener el cargo de supervisores.