Nueva York.- En una campaña orquestada por los senadores demócratas, antes de terminar su dominio en el Congreso de los Estados Unidos, se pintó a los miembros republicanos, como los oponentes al “Dream Act” (Acta Soñada), que permitiría a más de 950 mil estudiantes latinos indocumentados, con excelentes calificaciones, arreglar su estatus legal en el país.

Según pregonaron los demócratas en todos los medios de prensa, ellos tenían “seguros” los 55 votos de su bancada senatorial, y que sólo se necesitaban 5 votos adicionales de sus enemigos republicanos, para completar los 60 requeridos.
Sin embargo, el día de la votación, ante la presencia de decenas de estudiantes latinos que acompañados de sus padres viajaron al Capitolio, en Washington, D.C., para cabildear a favor del proyecto, y los miles que seguían con angustia la votación a través de la televisión, quedó al descubierto el despiadado engaño y la gran traición a los votantes latinos, cuando 5 senadores demócratas votaron en contra.  
La cruel verdad fue muy dolorosa para todos los estudiantes que abrazaban la esperanza de tener, en el 2010, la oportunidad para arreglar su estatus migratorio después que ellos fueron traídos ilegalmente por sus padres a los EE.UU. cuando eran niños; y han vivido toda su vida en el país que hoy consideran su patria,  donde han destacado como estudiantes ganando los más altos honores a su excelencia.
Penosamente, estos jóvenes latinoamericanos se enteraron de su estatus migratorio cuando las autoridades de educación les pidieron sus papeles de inmigración para entregarles las becas de estudio que ellos ganaron al completar sus estudios secundarios.  O cuando les negaron el derecho a legalizar su título universitario y no han podido ejercer su profesión en ningún estado.
Ante esa situación, sus padres les confesaron que ellos son trabajadores indocumentados.  Que aunque no tengan derecho a recibir ningún beneficio, ellos han pagado semanalmente sus impuestos y contribuido a la educación de sus hijos. A más de sostener con dignidad a su familia.
Obviamente, la traición de los senadores demócratas tendrá una grave consecuencia  para el partido, por mentir a jóvenes  bilingües con alta preparación académica, cuyos familiares y amigos han jurado vengarse en las próximas elecciones presidenciales del 2012, cuando le nieguen a los demócratas el voto de 50 millones de latinos en Estados Unidos.    <