Más de 500 personas trabajan en el mantenimiento a las embarcaciones artesanales, especialmente lanchas, previo a su retorno a la pesca.
Fregar con esponjas especiales el casco de las lanchas para sacarle la concha de arena y el moho que genera el contacto del agua salada con la madera y fibra, es la labor que más se realiza.
También se trabaja en la reposición de parches de fibras de vidrio en las naves que sufren filtraciones de agua, y en renovar la pintura.
Además los pescadores laboran en el recambio de artes de pesca.
Este movimiento laboral se mantendrá toda esta semana.
El propósito es  salir expeditos a la mar, luego de haber estado por más de ocho días  en tierra, por efecto de las fiestas de fin de año, dijo Néstor Mero, armador.

 INGRESOS. Marcelo  Mera, de  27 años, entre el lunes y martes de esta semana, obtuvo un ingreso de  30 dólares por la limpieza del casco  de 10 lanchas.
Por cada una cobró  5 dólares.
Daniel Ponce  en cambio ha cobrado entre 20 y 30 dólares por cada lancha que  ha reparado.
Hasta ayer había laborado en cuatro lanchas.
Él dice que los primeros días del año son buenos porque el trabajo se aglomera.
El resto del año apenas repara una o dos naves al mes, indicó. 

 escasez.  Mientras el trabajo se multiplica en el varadero del puerto, los marineros pescadores alistas  las artes de pesca, unos para la pesca de alabacora, picudo y pez espada, y otros para la pesca de dorado.
La paralización de la flota artesanal ha generado un desabastecimiento de pesca en los mercados.
El fin de semana no hubo pescado fresco. Se vendió bonito y picudo congelado a 3 y 4 dólares la libra,
La única vendedora de conchas que laboró vendió 50 conchas pequeñas en 10 dólares. No hubo control municipal a la especulación y exageración de precios.