Entre los temas abordados figuraron asuntos relacionados con la producción de biodiesel, en la que Ecuador está interesado, así como la financiación para la construcción de refinerías con el fin de que el país andino, productor de petróleo, deje de importar derivados del producto. Correa, que llegó el jueves a Brasilia, se declaró satisfecho por la reunión con Lula, a quien calificó de "persona muy simpática, muy cálida". En la cita, que duró alrededor de una hora, Correa y Lula hablaron sobre la importancia del eje Manta (Ecuador)-Manaos (Brasil), un sistema de comunicaciones terrestres y fluviales que "permitiría unir la costa pacífica y atlántica". El gobernante electo de Ecuador aseguró que ese eje beneficiaría también a toda Sudamérica porque "permitiría evitar el paso por el canal de Panamá, lo que ahorraría mucho tiempo y dinero". Parte de ese proyecto es un aeropuerto en Manta, donde actualmente funciona un centro de operaciones de Estados Unidos contra el narcotráfico en la región, que terminará sus operaciones en 2009, sin posibilidad de renegociación, según Correa. "Para nosotros soberanía es no tener soldados extranjeros en el suelo patrio", subrayó, y al referirse a acercamientos con empresas brasileñas, indicó que con la petrolera Petrobras se afianzarán acuerdos en próximas reuniones. Correa considera indispensable construir una refinería en Jaramijó (provincia de Manabí) para refinar crudos pesados pues, en su opinión, "es un absurdo" que en la actualidad Ecuador exporte petróleo e importe derivados. En una rueda de prensa, el gobernante electo también insistió en que no suscribirá el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos porque no abarca sólo temas comerciales y porque Washington mantiene subsidios que afectarían a los productores ecuatorianos. Sobre la posibilidad de que las preferencias arancelarias se extiendan por seis meses, si se logra un acuerdo en el Congreso de EEUU, Correa vio con buenos ojos el tener un semestre más para continuar con las negociaciones en busca de una ampliación mayor. No obstante, se mostró disconforme con la posibilidad de que para Ecuador y Bolivia se extiendan las preferencias por seis meses y para Colombia y Perú, por un año, al tener estos países un tratado comercial con EEUU. Para Correa, no debe haber vinculación alguna entre la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (ATPDEA, siglas en inglés) y el TLC, pues las primeras se entregan como compensación por la lucha contra las drogas y "no son una dádiva ni una limosna". "Ecuador no produce drogas y pese a ello combate el narcotráfico", dijo y expresó su esperanza de que Latinoamérica "acompañe" a Ecuador en su demanda de lograr "las preferencias arancelarias en forma indefinida mientras dure la lucha antidrogas". Por ello, anunció que en su gobierno desplegará una "ofensiva diplomática" para lograr la extensión de las preferencias, que fenecen este mes. En temas de integración, Correa no ve problemas en que su país esté interesado en un mayor acercamiento con el Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela) y expresó su esperanza de que el Mercosur y la Comunidad Andina (CAN) se puedan unificar en pos de una unidad suramericana. "Ojalá los dos procesos integracionistas, CAN y Mercosur, se unifiquen, ya es hora de pensar en Sudamérica, no en región andina o en la región sur de Sudamérica", dijo al recordar que Ecuador es un país asociado del Mercosur. Reiteró que en su gobierno renegociará la deuda externa, pero mantuvo en reserva detalles al subrayar que, en estos casos, "la mejor estrategia es no revelar ninguna estrategia". También reiteró que buscará un reingreso de Ecuador a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), aunque no tiene plazos para ello. EFE