Este cantón tiene más de medio centenar de cascadas o saltos de agua. La Planchada, a diez minutos de la cabecera cantonal, es un salto de agua que ha cobrado vida. El escenario es paradisiaco, el acceso hacia dicho lugar ha sido rehabilitado, de tal manera que quienes quieran disfrutar de la tranquilidad de un refrescante baño pueden escoger este destino.
Paila Mocha es otro escenario, en el lugar hay una caída de agua de más de 40 metros, está ubicado en el recinto Santo Domingo de la parroquia Sucre. Ahí se inició la construcción del acceso, que no ha sido terminado todavía.
El proyecto es ambicioso porque se prevé la construcción de un represamiento de aguas, y de un refugio para los turistas, para que cuando lleguen pueden observar a los peces de colores y una infinidad de mariposas. En el lugar se proyecta la construcción de más de cinco paraderos, para facilitar el descenso a lo largo de 467 kilómetros de camino; también se han construido cabañas para los negocios de comida típica.
El proyecto tiene un costo aproximado a los ocho mil dólares, que será administrado por el Comité Pro-mejoras Paila Mocha.
A la cascada se llega descendiendo por un camino que todavía está en construcción, de manera que quienes quieran visitar el lugar tienen que caminar.<