En la calle Chile, donde todos los días se apuestan cientos de comerciantes minoritas, sólo podían apreciarse algunas estructuras metálicas y plásticos negros que son utilizados por los vendedores para protegerse del sol o de la lluvia.
Igual situación ocurría en el centro c0mercial municipal, ninguno de los puestos de comida atendió al público, sólo el vendedor de periódicos Luis Menéndez abrió su negocio, y en medio de brindis de cerveza con sus amigos esperaba la llegada de uno u otro cliente.
"Es que la gente se amaneció o se fue a la playa por el inicio de la temporada", comentó una persona que no quiso identificarse, mientras descansaba en una de las bancas ubicadas en el exterior del edificio.
Lo que si pudo apreciarse fue la presencia policial en las calles.
En la Chile por ejemplo, estaba la Unidad Móvil de Atención Ciudadana (UMAC), los perros de la unidad canina con sus respectivos policías y un patrullero; mientras que en el resto de la ciudad varios policías hacían rondas en motocicletas.
La jefatura de Tránsito había anunciado que 110 uniformados iban a custodiar la ciudad y sus accesos para dar seguridad y evitar accidentes.