Ayer los asiáticos acusados de tráfico de combustible pudieron declarar ante el fiscal de aduanas, George Moreira, después de que la Embajada China enviara a un intérprete. El fiscal que lleva el caso aprovechó la oportunidad para declarar que los extranjeros no se encuentran detenidos, después de que ellos se acogieron a la ley de convertibilidad.