La tarde estaba tranquila. Pocas eran las personas que caminaban por las calles Pedro Gual y Morales en el centro de Portoviejo, cuando un conato de incendio alarmó a los presentes.
Eran las 16h00 y las personas se marchaban a sus casas.
De pronto una cortina de humo empezó a salir de un local de cabinas telefónicas.
Miguel Loor, dueño del local, estaba cerrando su negocio para irse a su casa, cuando se percató que algo se estaba quemando.
De inmediato abrió de nuevo las cabinas y se encontró de que un ventilador había quedado prendido, lo que ocasionó un corto circuito.
bomberos llegaron a tiempo. Las chispas del cortocircuito habían caido en un mueble y se estaba incendiando.
Loor tomó el extintor e intentó apagar el fuego mientras llegaban los bomberos.
Minutos después el tránsito fue cerrado por la Policía mientras los bomberiles cumplían su labor.
Afortunadamente el daño no fue mayor, pues fue controlado por los de la Casaca Roja y el dueño del local.
Loor dijo que no se percató de que el ventilador quedó prendido.
Pero dijo que en buena hora solo se quemó un mueble y un ventilador, y no todo su negocio. <