Hace poco acudí a la investidura de doctor en informática del departamento de inteligencia artificial de la Universidad Politécnica de Madrid de Don Edison Mera Menéndez, ecuatoriano nacido en Portoviejo y español por residencia. A mi mente me invade el reciente recuerdo de los últimos premios nobel de Física y Literatura, donde recogían los galardones representando a Inglaterra y España-Perú respectivamente.

 Estos hombres de ciencia nacidos en Rusia y Perú. Poco tiempo después salían los resentimientos de los rusos que lamentaban aquella fuga de cerebros que les ocasionó la caída de la Unión Soviética. Equiparable en mínimas dimensiones pero con mayor impacto social fue aquella fuga de talento que experimentó nuestro país en la última década con la muy conocida emigración.
Cuando hace poco escuche que había iniciado en Ecuador una reforma en educación superior me dio mucha alegría conocer que aquellos puestos de catedrático universitario, por ley tendrían que ser ocupados por académicos con una educación superior de cuarto nivel avalada por universidades de prestigio internacional.
Inmediatamente pensé que ante esta noticia se produciría un efecto llamada de aquellos que hacemos patria a la distancia.  El sueño duró poco por la infinidad de trabas que se presentan cuando un doctor de una universidad con un ranking 170 a nivel mundial tiene que avalar su estado académico con universidades que, lamentablemente, no llegan al ranking 5000 a nivel mundial. Y ante mí salta la sospecha del manejo inmoral que invade a un gran número de profesores universitarios que ocupan las universidades como premio a la buena politiquería universitaria, y manejan los mecanismos de homologación de títulos extranjeros. 
Poco tiempo después leí en algún diario de reconocido prestigio que los profesores universitarios referían que en Ecuador no hay tantos doctores, y les he dado la razón, pero con matices. No hay tantos doctores en Ecuador, pero si muchos doctores ecuatorianos.
Espero que nuestro gobierno sepa buscar mecanismos de flexibilidad para homologar los títulos de Doctor PhD y especialidades con mayor facilidad en beneficio de nuestra educación superior.