La pérdida de sus piernas, hace 8 años, por complicaciones de la diabetes, no han sido una dificultad para Miguel Franco Cevallos, quien sigue laborando en su taller de tornería y así llevar el sustento diario a su hogar.
Con optimismo, asegura que el trabajo se le ha convertido en una terapia.
“Cuando estoy en mi labor, me olvido de mi problema y me concentro en lo que hago”, afirmó.
Franco se moviliza en una silla de ruedas, y para realizar los trabajos que le encargan sus clientes, él se construyó con unos tubos una pequeña rampa con asiento, a la que sube con agilidad, la mueve y se ubica frente al torno a reparar o a construir piezas para distintos usos.
En su trabajo de tornero asegura que no tiene inconvenientes para cumplir con los pedidos de los clientes, salvo que no tenga los materiales o le haga falta alguna herramienta, "es que no puedo hacerlo”, aseguró.
Anhelo. Sin embargo de su optimismo y a la fe que le pone para continuar en la lucha diaria, Franco expresa que su mayor anhelo es poder tener las prótesis que le permitan levantarse de la silla de ruedas, que se ha convertido en su compañera inseparable desde que tuvieron que amputarle las piernas.
Señaló que del Conadis en Portoviejo le pidieron una carpeta para ayudarle con este requerimiento, pero aún no se ha concretado. <