Tiempo de amor y paz. No reniego de ese anhelo. Observo perplejo la quimera del aserto. Conozco en demasía cómo con el pretexto de las leyes se cometen injusticias o en nombre de la paz se mata a millones en las guerras.
Hoy, seguro que nos habrá inundado la palabrería mojigata e hipócrita de quienes se regocijan haciendo frases o buscando verbos que impacten en nuestros sentidos, hasta arrancarnos sentimientos que se les acomoden a sus intenciones.
Es difícil decirte feliz Navidad a sabiendas que eres víctima de una conspiración orquestada en contra de tu libertad. Es imposible estar en paz, mientras veo que te arrastran hasta el precipicio de la claudicación de tu dignidad. Tu voluntad irá dejando de ser tuya y poco a poco será uniformada, reglada y controlada; ese es el libreto y el programa que advierto se está
siguiendo para moldearte, tenerte, retenerte y contenerte. Dudo que esa sea tu felicidad.
Es probable que pienses que exagero y puede que tengas algo razón, al escribir me impacta, sobremanera, el balance de lo vivido: inseguridad, injusticias, muertes, secuestros, drogas, corrupción, populismo, mentiras, odios, revanchismos, maniqueísmos, obsecuencias, esbirrismo.
No pretendo, ni remotamente, imponer mi pensamiento, tampoco ordenaría que me creas, respeto tu derecho a disentir. A la inversa, desafío a que pruebes si los que dicen que son tus salvadores o benefactores de hoy, serían capaces de admitir que disientas y objetes, que te resistas, protestes o, tal vez, sólo a que preguntes sobre el origen de sus opulentas riquezas de hoy, que contrastan con su hambre reciente de ayer. Aclaro que ahora son mucho más miserables que antes. Atrévete a decir una verdad que contraste con su mentira y verás cómo pasas de ser la razón de sus sacrificios y sueños, a: enemigo, terrorista, conspirador, criminal, corrupto, matón de barrio , enano, poco hombre, gorda horrorosa, vieja loca, pelucona o pelucón, socialcristiano y tantas otras perlas más del vocablo oficial.
¿Cómo te digo que tengas paz, si vives en la zozobra? Puede que estés en ese grupo importante de ecuatorianos que aún no lo advierte, ni sufre de manera directa el acoso y la represión; puede que el cinismo con que se realizan esas maniobras hayan confundido tu apreciación y por ello te sean indiferentes estos comentarios, lamentablemente, advierto que este desastre te tocará de alguna manera, serás damnificado, tarde o temprano, y cuando lo adviertas, me temo que puede ser tarde, muy tarde.
En Navidad ofrezco a los míos, a ustedes, más reflexión, más opinión, más disciplina, más entereza, más dignidad. Resistiremos. <