Claro ejemplo, lo que sucede en la ciudadela Los Rosales. Allí los habitantes ya no saben que hacer, pues para salir de sus casas deben hacer malabares debido a que las calles están están llenas de lodo y con agua empozada.
El vicepresidente del comité de la ciudadela, José Vélez, indicó que están preocupados porque los niños comienzan a enfermarse, las calles están destrozadas y ninguna autoridad hace nada. “Lo que es peor es que muchas personas se han encontrado con culebras y una mordida podría ser mortal”, agregó el dirigente.
Pero esta no es la única zona que reclama atención. En  Picoazá, quienes viven en la vía que va desde el complejo deportivo hasta el centro de la parroquia, están desesperados por la gran cantidad de lodo y agua estancada, lo que aseguran se ha convertido en criaderos de mosquitos. “hemos venido pidiendo con anticipación a las autoridades que se nos arregle este tramo, pero llegó un nuevo invierno y con ello nuestro sufrimiento”, dijo Esteban García, habitante del lugar.
En otros barrios como Santa Lucía y Nuevo Portoviejo que se ubican en la vía a Pachinche, algunas zonas de la parroquia San Pablo, en El Florón, el Guabito, ciudadela San José, entre otros más, los ciudadanos también claman por acciones emergentes frente al invierno, especialmente por el mal estado de las calles.
En el centro de la ciudad el lodo también se ha apoderado de la calles.<