Obama se marchó el miércoles por la tarde de Washington sin poder ocultar su satisfacción, no sólo por el START, sino también porque ha podido apuntarse, entre otros, la aprobación de un acuerdo de recorte de impuestos y la abolición de la ley que prohibía a los homosexuales declarados continuar en las Fuerzas Armadas.
Es decir, en opinión de los analistas políticos, ha conseguido el el final de sesión legislativa más productivo que se había logrado desde la Segunda Guerra Mundial, algo que hace tan solo unas semanas, tras la reconocida "paliza" recibida en las elecciones legislativas del 2 de noviembre, nadie podía sospechar.
En Hawai, esperaban al presidente su esposa, Michelle, y sus hijas, Sasha y Malia, quienes partieron, como estaba previsto inicialmente, el pasado sábado.
Los Obama y un grupo de amigos alquilaron tres propiedades frente a la playa en Kalua, las mismas en las que se han alojado los últimos dos años.
La seguridad en la zona es máxima y no se permite el paso, a menos que se sea residente o se esté invitado por un residente.
Tras días de gran intensidad y presencia política, todo hace presagiar que el presidente desaparecerá del paisaje público, al menos, hasta enero, cuando regresará a Washington.