Actualizado hace: 935 días 15 horas 18 minutos
EDITORIAL
Respeto al ciudadano

Una vez más debemos tratar en esta columna uno de los irrespetos que se hace con los ciudadanos cuando se realizan aquellas obras públicas que - indudablemente - buscan el beneficio y las facilidades para el frecuente accionar ciudadano.

Jueves 23 Diciembre 2010 | 00:00

Se trata de las mejoras que, por ejemplo, en Portoviejo se efectúan en sus calles para ocultar los baches o las deformaciones que la carpeta asfáltica ha sufrido, trabajos encargados a una compañía contratista o llevados directamente por la municipalidad del cantón.
Las labores generalmente se relacionan con el levantamiento de la carpeta vieja en forma íntegra o parcial, para lo cual las máquinas se apoderan de las vías con ajetreo que interrumpe la circulación por el sector.
Pero aquello que resulta lógico se vuelve ilógico cuando fallan los parámetros de la previsión, que destaca con la ausencia de señalización e información previa sobre los trabajos a realizar, para prevenir a los usuarios de las vías de los obstáculos que van a encontrar en las mismas.
Porque es malestar general enfrentarse, de improviso, con calles cerradas y sin la señalización de vías alternas programadas para hacer menos molestoso el paso; y mucho más cuando debe retroceder porque no hubo la advertencia de no avanzar.
Y también aquello de circular por arterias en las cuales se ha escarificado su carpeta o con parciales movimientos de material, sorprendiendo a los conductores el estado irregular al que deben enfrentar obligadamente.
Esto puede solucionarse con una adecuada señalización que tiene que constar en los contratos  del constructor; y obedecido por la misma municipalidad de ser la directa responsable de los trabajos.
No hay que olvidar el respeto que se debe al ciudadano, como persona y como mandante.

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