El pueblo de esa época le tenía miedo de tanto abuso e injusticia que cometía. David lo enfrentó con una sonda, y una piedra le pegó en el ojo y lo derrotó. Hoy día se repite la historia, cuando un joven pobre, economista, capaz, inteligente, honesto, estadista y luchador, Rafael Correa, derrotó en las urnas limpiamente al magnate multimillonario derechista ecuatoriano, Ab. Álvaro Noboa Pontón. Se ha derrotado a la mentirosa politiquería, al modelo neoliberal, a la partidocracia corrupta, a la dependencia norteamericana. El pueblo mayoritario votó por su esperanza de una vivienda anhelada, por los micro créditos para reactivar la economía de la crisis que padecemos. Votó por la duplicación de los bonos humano y vivienda, votó por NO al alza del gas, gasolina, pasajes, votó por rebaja a la electricidad, teléfono, agua potable; votó por mejor salud, educación, reducción del IVA; votó en contra de la privatización, NO al TLC, no base de Manta; votó por una Asamblea Constituyente, votó por los cambios profundos por un nuevo país y una nueva América Latina, libre y soberana.