Esto último resulta inevitable dado lo arraigado que está en los espíritus y costumbres de nuestra población, que de esta tan singular forma manifiesta sus sentimientos, aflorando así  esperanzas de mejores tiempos; este fenómeno - se diría único en el orbe - trae aparejados los peligros mencionados y otros que hay que prevenirlos. En esto, la labor técnica de los cuerpos de bomberos de nuestra provincia debe mutar del auxilio a la prevención anticipada, mediante campañas publicitarias y de concienciación.
De igual forma, y dado los índices de violencia que últimamente han aumentado entre la población, ésta y la policía civil - ente obligado para el efecto - deben aunar esfuerzos en prevenir el cometimiento de delitos contra la propiedad y la integridad física de las personas.
Aportes ciudadanos recomendables son los cuidados dentro de cada hogar, la prudencia en los festejos con moderadas ingestas de bebidas alcohólicas como también de alimentos en cuidado de la salud que, comúnmente, se afecta con los excesos, los que provocan congestión en centros médicos. Se impone también la provisión de seguridades y vigilancia de domicilios durante las ausencias por las visitas a familiares; y, especialmente, el muy limitado uso de los materiales combustibles y explosivos que proliferan en estos tiempos. Sólo así las fiestas serán para felicidad y no causantes de desgracias.