De acuerdo a la jefa de enfermería del área de neonatología del hospital, está programado que se realicen unas treinta operaciones de ligadura a un número similar de mujeres en esta semana, como manera efectiva y práctica del control familiar que demanda ese cantón manabita, señalándose en 300 la cantidad de madres que serán esterilizadas durante el año que dure el convenio. Las informaciones difundidas son atinentes a la manera y el motivo por el que se ha desarrollado el programa, indicándose que Jaramijó tiene una cantidad apreciable de mujeres que son madres a corta edad, y que no disponen de otra forma de evitar que sigan concibiendo más que la ligadura. Si bien algunas de las supuestas beneficiarias han expresado su aceptación a esta forma de anticoncepción, se desconoce de otras oportunidades o métodos expuestos por los encargados del programa como alternativas para evitar la acelerada natalidad. Pastillas, preservativos, inyecciones, dispositivos intrauterinos, entre otros, son posibilidades a mano para evitar el embarazo, las mismas que no son aceptadas por todos, pero que deberían ser difundidas con intensidad previo a la decisión más dura que es la esterilización. Y esperamos que así se esté actuando, porque lo contrario sería tomarse atribuciones indebidas al decidir, arbitrariamente o engañosamente, la suerte de una mujer, sin darle la oportunidad de preservar sus facultades a concebir, las veces que sea, si es su voluntad. El control familiar debe ser una decisión meditada y ejecutada con la participación ciudadana, con el asesoramiento oficial, en caso de una amenaza de desequilibrio poblacional, para beneficio colectivo o cuando se lo solicitaran los interesados.