Las protestas callejeras de la oposición libanesa pro siria, liderada por milicia chií Hizbulá, continuaron ayer por tercer día consecutivo, con el objetivo de hacer caer al Gobierno del Líbano, que cuenta con el apoyo de una parte de la población y los países occidentales. Miles de seguidores de Hizbulá y de otros líderes de la oposición acamparon por segunda noche consecutiva en el centro de Beirut, donde se encuentra la sede del Gobierno, en la que está atrincherado el primer ministro Fuad Siniora y miembros de su gabinete. Los manifestantes pasan la noche en tiendas de campaña, unas 500 según la televisión Al Manar, algunas de las cuales han sido instaladas a menos de 100 metros de la sede del Gobierno, que está protegida por unidades de elite del Ejército y alambres de espino para prevenir cualquier asalto. Un ambiente festivo reina entre los manifestantes, convencidos de su ‘victoria’ y mientras corean sin cesar eslóganes contra el primer ministro, a quien acusan de ‘vasallo del Occidente’. ‘Vete Siniora’, ‘queremos un gobierno libanés, libre, nacional y árabe’, ‘no queremos un gabinete de ladrones, fuera’, son algunas de las consignas más oídas. CLAVES SERVICIOS Los organizadores instalaron inodoros portátiles, cisternas de agua para asearse. INICIO Las protestas comenzaron el viernes con el lanzamiento de una manifestación.