El libro escrito con dedicación y amor a su profesión y a su ciudad por el Dr. Alfredo Cedeño D. titulado “Apuntes históricos del Hospital Verdi Cevallos B”, se verifica un recorrido bien sustentado del desarrollo de la medicina en Manabí desde su prehistoria, época colonial y post independista, deteniéndose en el decurrir del tiempo en la actividad médica de su capital, Portoviejo, e incidiendo en el inicio y desarrollo de su centro médico más importante, el actual Hospital Verdi Cevallos B. Eloy Alfaro en 1896 nombra el primer médico del Hospital Militar del batallón “Alajuela” de Portoviejo, en la persona del Dr. José Mora López, de origen cuencano. Previamente el 27 de agosto de 1887 en la presidencia de Plácido Caamaño, se había dictado el decreto fundacional del Hospital civil de la Caridad de Portoviejo, pero este decreto queda tan solo en “papales” pues nunca se concretó su construcción. Históricamente el hospital civil comienza su servicio como tal en el año de 1915, en el mismo sitio en que se encuentra actualmente en una construcción que era un hogar de retiro de las Hermanas de la Caridad, construido por el obispo Shumacher. Fue su primer director un destacado médico azuayo, el Dr. Sebastián Moscoso Tamariz. Con la atención médica hospitalaria se da inicio al inicio de una verdadera medicina manabita. Han pasado por la vieja y querida institución ilustres y destacados galenos que han dado lustre a la medicina manabita. En época reciente y con el inicio de la facultad de medicina en la Universidad Técnica de Manabí comienza la verdadera medicina académica que ha dado orígen a un afán de perfeccionamiento laudable en el profesional médico, pues Manabí cuenta al momento con valiosos profesionales en las más diversas especialidades, que han obtenido sus títulos y maestrias en diversos países extranjeros en casi todas las áreas posibles de la medicina. El libro del Dr. Cedeño Delgado viene a significar un verdadero hito científico y cultural en el avance investigativo de la historia manabita, que debe servir de ejemplo a otras áreas del conocimiento humano, a fin de que no se pierda en el tiempo el desarrollo y evolución de la ciudad en todos los ámbitos de la actividad humana.