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EQUIDAD
Discapacitados celebran su día entre discriminación y respeto de derechos
Las personas discapacitadas deben gozar de sus derechos humanos y libertades fundamentales en términos iguales con otros en la sociedad, sin discriminación de ningún tipo

“El mundo es distinto cuando tienes las dos piernas buenas”. El día en que la vida de Efrén Galarza cambió para siempre paseaba en Crucita. Mientras tomaba una cerveza frente al malecón pensaba en que le iba a venir bien casarse con su novia, formar un hogar.

Domingo 03 Diciembre 2006 | 20:32

En esas estaba cuando sintió que una motocicleta se abalanzaba sobre él. Perdió el conocimiento y cuando despertó unos médicos le habían cortado la pierna izquierda por encima de la rodilla. Sí, “el mundo es distinto cuando tienes las dos piernas buenas”. Y lo primero que pensó fue en el suicidio. Pese a que han pasado ocho años de la tragedia, no se acostumbra a vivir así. ¿Marginación? La hubo. Su novia se fue con otro, perdió su empleo de guardia. “Y cuando te miran. Es lo peor. Ahora siento que la gente me observa como un bicho raro y mis padres me miran con compasión”, dice. Y es que en cuestión de derechos, la lucha de los discapacitados aún es ardua. Las normas que protegen la vida de los discapacitados, intentan colocar, en lo posible, en un trato de igualdad tanto a quienes poseen una deficiencia física o mental como a quienes disfrutan del funcionamiento cabal de su cuerpo. Desmitificación La discapacidad no es una enfermedad sino cualquier restricción o ausencia de la capacidad física, intelectual o sensorial y también se le considera una dolencia que requiere de atención médica o una enfermedad mental que puede ser de carácter transitorio o permanente. Puede clasificarse en tres tipos: neuromotora (parálisis cerebral, distrofia músculo-esquelética, etc.), sensorial (problemas del lenguaje, sordera, debilidad visual y ceguera) y mental. A criterio de Luisa María Briones, secretaria de avalúos del Municipio de Portoviejo, aún existe mucha discriminación. “Yo he tenido la suerte de tener este trabajo, pero en parámetros generales no es fácil que un discapacitado obtenga un empleo. Por ejemplo, el problema de las barreras arquitectónicas es algo que no se soluciona”, dice. Briones padece polio y tiene un niño de dos años. que es su adoración y ganas de vivir. Ella cree que lo importante es que poco a poco “vamos saliendo de la oscuridad”. Ella es una defensora de la igualdad de los derechos de los discapacitados. “Podemos seguir nuestra vida normal, no desanimarnos jamás”, expresa. La ley Según la Ley, minusválida es toda persona con limitaciones para realizar por sí misma las actividades necesarias para su normal desempeño físico, mental, social, ocupacional y económico, y que puede ser provocada por enfermedad, nacimiento o accidente. Al sector salud le corresponde promover la participación de la comunidad en la prevención y control de las causas y condicionantes de la discapacidad; ofrecer orientación en materia de rehabilitación, y atender integralmente a los discapacitados, incluyendo la adaptación de prótesis y ayudas funcionales. Dios no comete errores” En la escuela María Buitrón de Zumárraga los niños especiales buscan una nueva oportunidad, se preparan, desarrollan sus destrezas y le demuestran a la sociedad y a ellos mismos que pueden superarse. Lo hacen cada día. Jhon Menéndez padece de síndrome Down. Sin embargo, ha aprendido a tocar la guitarra como un profesional. Es una de sus principales aficiones. Incluso se lo conoce por sus actuaciones en las Noches de Verbenas. María Victoria Gonzembach de Giler, profesora de música terapia, dice que Jhon ha demostrado un progreso admirable. DERECHOS Y ARQUITECTURA Otros derechos de los discapacitados son: no ser víctimas de marginación o discriminación; desplazarse libremente en espacios públicos abiertos o cerrados; disfrutar de los servicios públicos en igualdad de circunstancias; desplazarse y tener libre acceso en el interior de espacios laborales, comerciales y recreativos; contar con espacios en el transporte público reservados para su uso y plenamente identificados; gozar de un trato amable, cortés y respetuoso de parte de la población en general, y la eliminación de las barreras arquitectónicas. Muchas veces la arquitectura convierte al discapacitado en un mi-nusválido. En estos casos el arquitecto puede ser su mejor amigo o su peor enemigo. Por ello, debe contemplar desde los primeros diseños de la construcción sus necesidades, porque cuando las edificaciones ya están hechas es más costoso, o a veces imposible, modificarlas. Las barreras arquitectónicas son todo obstáculo que dificulta, entorpece o impide a personas minusválidas o senescentes su libre desplazamiento en lugares públicos, exteriores o interiores, o el uso de servicios comunitarios. 500 MILLONES De personas en el mundo padecen alguna discapacidad de tipo física, mental o sensorial. 10% POBLACIÓN MUNDIAL Tiene alguna discapacidad. Se calcula que 8 de cada 10 vive en sectores vulnerables o muy pobres.
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