Vivimos en tiempos de total desconcierto e incertidumbre. Leyes contrarias al derecho a la vida, a la ley natural. La sociedad, las instituciones, grandes corrupciones y el modo de vivir de la ciudadanía, han cambiado con demasiada rapidez.

Por ello, creo que no exagero al afirmar que los problemas éticos son los más graves del momento. Estos problemas éticos existen en la política, en la crisis económica, en la Banca, en los ricos y en los corruptos que han originado dicha crisis, en la educación y en todo lo que forma parte del tejido social y la vida privada de las personas.
Si no se produce un rearme ético, desgraciadamente no estamos yendo en esa dirección, la crisis será larga sino perpetua.