Las pizzerías no sólo compiten en sabor o precio, también la atención al público es fundamental para ganar clientela.
Pizzerías como Roccos, Italíssima, Il Mangarino, Boris y Ch´Farina, están entre las más concurridas por los consumidores.  Cada local cuenta con un promedio de seis empleados, quienes se dedican a preparar el alimento y a realizar las entregas a domicilio.
Los fines de semana es común ver cómo decenas de jóvenes acuden a estos negocios, donde el promedio de venta oscila entre 20 a 40 pizzas.  Los fines de semana las ventas se duplican y con ello las ganancias para sus propietarios.
Pensando en la economía de la población, estos negocios ofrecen variedades de pizzas en tamaño y sabores.
Una pizza con queso, jamón, carne, champiñones y salamí es lo que más apetece a la gente cuando acude al local el Il Mangarino, ubicado en la ciudadela Los Bosques.
Su propietario, Javier Arteaga, dijo que el éxito de su negocio es el sabor y la forma cómo se brinda la atención al cliente. Además comenta que a los visitantes les gusta proveerse de queso y orégano para hacer más delicioso el alimento. Dijo que a su negocio le ha ido tan bien que abrió un local en Manta, y posiblemente piense abrir otro en Portoviejo.
En Boris Pizza la especialidad son las pizzas y las pastas. A decir de sus clientes, las mejores lazañas de carne o pollo de la ciudad las tiene este local, que está ubicado en la calle Tenis Club, y cuyo propietario es Fernando Calle.Calle admite que aún en Portoviejo no hay una cultura de comer pizza, pero reconoce que el negocio es rentable si hay perseverancia y preferencia para los clientes, que en su mayoría son jóvenes. 
La pizzería Roccos, de propiedad de Rossy Guillén, es la pionera de este negocio en Portoviejo, desde hace más de dos décadas funciona el local en la calle Córdova. Su clientela es casi fija porque ya se acostumbraron a la preparación de este alimento, que es una copia de las pizzas que se consumen en Estados Unidos y que contiene queso, orégano y grandes rodajas de salami.  Otra de las pizzerías favoritas por el público es la Italíssima, de Pastor Intriago Vélez. Él comenta que nadie puede igualar el sabor de su pizza porque solo él conoce la fórmula para hacerlas, y en ello radica el que tenga una gran clientela.  Intriago dijo que su especialidad es la pizza pastorini, cuyo nombre se lo atribuye a su amigo Jhonny Loor Zambrano, que en vez de llamarlo Pastor le dice Pastorini. Dijo que en su negocio trabajan doce personas, y que por lo general su ganancia es compartida con los empleados que tarde y noche laboran en su local.

UN POCO DE HISTORIA
A finales de los ochenta se abrió la primera pizzería Roccos. En el año 1991 le siguió los pasos Boris Pizza y dos años después       Italíssima.

COMPITEN LOS PRECIOS
La competencia por comer pizza radica en el sabor y el precio. Las pequeñas cuestan desde 4 dólares y las familiares fluctúan entre los 13 y 16 dólares.

¿NADIE PUEDE HACER UNA PIZZA ITALIANA?

Eva María Aliatis, ecuatoriana residente en Italia, nos comentó en Facebook que ninguna de las pizzas que se preparan en Portoviejo tiene comparación con la italiana. Ella dice que el sabor de la masa es distinta porque se la cocina en hornos de leña y porque demás su preparación es a base de verduras, como en Napoli, donde nació este alimento. Los italianos que acuden a las pizzerías portovejenses no salen del todo satisfechos porque dicen que la sazón es diferente.
Fernando Calle recuerda que a su local llegó el sacerdote italiano Dario Maguí para comer una pizza y que le pidió que le preparen una parecida al de una fotografía que exhibía Calle al interior de su negocio.
Calle admitió que no le podía preparar aquella pizza porque la que pedía era hecha con leña y que las pizzas que se cocinan en Portoviejo son hechas en hornos industriales.