Uno de los momentos más tensos se vivió en Rocafuerte, cuando a las 18h45 llegó al puente El Ceibal,  construido el año anterior a un costo de 2,7 millones de dólares, pero que aún no está en uso. Correa dijo que no era admisible que una obra con inversión tan alta esté sin uso, y pidió prisión para los responsables de lo que ocurre.
Esta obra fue financiada por Corpecuador (ahora ya no existe), que la asignó al contratista Joel López Caicedo. El funcionario de Corpecuador de ese tiempo, Colón Andrade, explicó al mandatario que el puente no está en uso porque hay un proceso de investigación de la Controlaría del Estado.
También se conoció que se necesita indemnizar a varias familias, pues el puente no fue construido por donde va la carretera sino quince metros a un costado de la vía, lo cual no es usual, y por ende se utilizaron terrenos agrícolas.
La explicación de Andrade enojó más a Correa, quien dijo que el puente debe estar operativo, y reiteró que si hay sobreprecio o irregularidades los responsables deben ir a prisión. Luego de eso se marchó a Quito, ante los gritos de alegría de habitantes de Rocafuerte que reclamaban por la obra que calificaron de antitécnica.
Zona Norte
Antes de llegar a Rocafuerte, Correa inició su recorrido en el paso lateral de El Carmen. Allí pidió al viceministro de Infraestructura de Transporte, Francisco Estarellas, liquidar el contrato con la Constructora del Pacífico para adjudicarlo a otra compañía, debido a que la obra se debía entregar en octubre de este año, pero se pidió más plazo y 8 millones de dólares para la terminación, argumentando que los estudios no estuvieron bien hechos y por ello la obra necesita un incremento económico.  Correa dijo no a este pedido.  El recorrido continuó por la vía El Carmen-Pedernales-Cojimíes, y vía aérea sobrevoló la ruta del Spondylus, Pedernales-San Vicente, que se construye con pavimento
rígido.