Y.también por el respeto, por el autoestima, por la dignidad y por el futuro de una ciudad como Portoviejo es que debemos ir a las calles mañana, para demostrar que unidos, pero también conscientes, es la única forma en que podemos rescatar a una ciudad a la que nosotros mismos hemos permitido que prácticamente “se nos caiga a pedazos” en las últimas décadas.

Tantos años nos hemos pasado renegando que no elegimos bien a nuestras autoridades, que vivimos en lodo un tiempo, y con el polvo otro, que no hay calle que se mantenga en buen estado por  mucho tiempo, que la basura, que el desorden, que los huecos, que la falta de obras, que el abandono; es decir, una serie de reniegos que nos han ido convirtiendo (a quienes habitamos la ciudad) en una especie de amargados por todo y por todos; y eso no ha sido bueno porque nos individualizamos en nuestras angustias y nos hemos olvidado de la ciudad, que ya debe ser mucho más de lo que actualmente “pinta”.
Por eso es que algunos vemos con muchísimo optimismo la convocatoria de Marcelo Farfán y la U. San Gregorio a la marcha de mañana, a la que debemos ir alegres pero también convencidos de que al estar presentes en la misma, no es que cumplimos con un llamado cívico y ya. No, el ir y participar de la misma también obliga a darle seguimiento a los resultados y a ser más ciudadanos; es decir, que a partir de mañana debemos empoderarnos de lo que en el futuro llegue o se  necesite para la ciudad.
Debemos convencernos, desde ahora, que todos los problemas de la urbe son nuestros y que el solucionarlos también es nuestra responsabilidad; es decir, que si hay que hacer alguna gestión por parte de nuestras autoridades, ellos deben saber que hacerlo bien es su obligación, porque los estamos observando y porque estamos listos a dar el contingente que ellos demanden para presionar a otras instancias o autoridades o para motivar el cumplimiento de lo que nos corresponde.
Debemos ir a las calles mañana para demostrar que no somos el ultimo cantón del país y que tendremos fuerza para hacer revisar los ingresos “per cápita” que nos deben entregar como portovejenses; pero también para comprometernos a ser más ciudadanos, lo cual quiere decir que debemos pagar nuestras obligaciones y aportar en lo que esté a nuestro alcance para el beneficio colectivo.
Pero no debemos olvidar que si vamos masivamente a las calles, también nos comprometemos a hacernos respetar; y eso quiere decir que no debemos dubitar ni tener miedo, por más “pintado” que sea el dignatario o autoridad que aborde nuestros problemas.
También debemos marchar porque se acaben los grupos y las peleas en nuestras entidades, y porque el trabajo conjunto muestre, a través de los resultados, que sus  acciones van más allá de los discursos y las fotos.
Entonces, todos a las calles mañana; en familia, con amigos y para probar que este es el inicio de una nueva era para Portoviejo, que bien se lo merece luego de tantos años de deterioros y amarguras.