Su madre, Geanny Zambrano, dejaba traslucir una mezcla de orgullo y esperanza.
Mayra recibió su título profesional con la esperanza de encontrar un trabajo. Hasta ahora sus padres apoyaron su formación. Ahora siente que debe mirar hacia adelante.
Dentro del paraninfo, Diana Alcívar recibía su título de ingeniera. Para ella era el fin de un proceso y el inicio de un reto. Espera conseguir un trabajo afín a su profesión.
Durante esta semana, la Universidad Técnica de Manabí ha incorporado a una nueva generación de profesionales. Muchos de ellos son egresados de hace años que, obligados por los reglamentos, debieron dar los últimos pasos para graduarse.
En un solo acto, a las 16h00, la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas incorporó a 81 economistas, 20 ingenieros en auditoría y 30 licenciados en contabilidad y auditoría.
Muchos, como Luis Loor Delgado, tienen un trabajo que les permitirá desarrollar las habilidades aprendidas en las aulas. Loor labora en el Banco Finca.
"Es que como bachilleres no se hace nada. Una profesión abre las puertas", comentó Geanny Zambrano.
Desempleo
Hay quienes, impulsados por la necesidad, deciden ignorar su profesión y dedicarse a otras actividades. Es el caso de Jorge Vélez, quien al no encontrar trabajo como maestro, decidió poner una tienda en su casa.
El desempleo en el país muestra tasas altas. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, de un total de 7'779.045 personas en edad de trabajar en las áreas urbanas del país, 3'177.880 conformaban la población económicamente inactiva. Los datos son de los indicadores publicados en marzo.
Para los profesionales incorporados ayer, las cifras de desempleo son parte de una realidad en la que esperan no estar. Por eso, gente como Mayra Zambrano espera que la vida recompense su sacrificio.