La utilización de las culebras en los festejos por San Pedro y San Pablo constituye un riesgo para la integridad de los niños, especialmente.
El experto en animales salvajes Carlos Solórzano dice que la peligrosidad de las culebras no está involucrada al contacto físico, es más bien la naturaleza del animal la que las vuelve dañinas, ya que aunque parezcan sumisas su comportamiento nunca es predecible.
Solórzano dijo también que se han dado casos en que reptiles amaestrados han intentado estrangular o morder a personas causando heridas, afirma que estas situaciones se ven principalmente en estas fiestas, y que los más afectados serían los niños, ya que ellos no tienen fuerza para manipular o sostener correctamente a estos animales silvestres.
Sin embargo, la cultura popular y la fe en los santos es más fuerte que la protección a la salud, en donde se cree que hacerle un desaire a estos animales es un desprecio a los santos.