A los asambleístas de Manabí hago referencia, pues salvo mejor opinión muy pocos comprovincianos deben recordar, por estas horas, los nombres de nuestros representantes si en este momento les preguntáramos quiénes son o qué han hecho en el último año.

Para ser honesto, a mí mismo me ha ocurrido que he tenido que consultar a mis compañeros los nombres de nuestros asambleístas, pues tan poca es su participación o protagonismo que pasan (por decir lo menos) totalmente desapercibidos, aun en el análisis de temas tan fundamentales como los que se abordan por estos díaas como la ley de medios o la ley de educación superior.
Sólo a Leonardo Viteri, que sigue "empecinado" en la fiscalización que no fructifica por ningún lado, o a Richard Guillem que mete su "cuchara" en varios temas, son a quienes vemos como imagen de la provincia, pero el resto está prácticamente "desaparecido". Y eso es terrible para Manabí, pues hay que darle seguimiento a temas como la "caída" de concesiones del puerto y aeropuerto de Manta, la refinería del Pacífico, la "desinstitucionalización" de la capital manabita, el Proyecto de Propósito Múltiple Chone o la terminación (en las características del compromiso) de la principal red vial de la región; y sin dejar de mencionar que mucho tienen que explicar sobre el dejar desaparecer a la CRM, Cedem y la absorción de la JRH por parte de la Senagua.
Como nunca antes (y sin "santificar" a los anteriores legisladores) estamos huérfanos de representatividad, lo cual es triste porque el número de asambleístas, entre provinciales y nacionales, fácilmente da el diez por ciento del total de la asamblea, lo cual permitiría (si fueran más "pilas") impulsar proyectos, redactar y aprobar leyes, fiscalizar todo lo que está afectando al país y a Manabí; o por lo menos opinar y ser protagonistas (como sí lo son otros representantes de otras provincias) en temas de interés nacional y que les van permitiendo hacer una imagen que por el "peso" de la misma les da el rédito que aspiran para su carrera política, o para concretar los objetivos de sus lugares de origen.
Ya llevan casi un año de funciones y la famosa "rendición de cuentas" no se aprecia por ningún lado, por lo que el pasar "desapercibidos" como que también se convierte en una estrategia de nuestros asambleístas para sus objetivos individuales. Claro que esa realidad los deja "identificarse" solo como cabezas gachas y levanta manos, lo cual por ningún lado tampoco es conveniente para nuestra región.
Pero como quienes opinamos también corremos el riesgo de estar equivocados, bueno fuera que nuestros asambleístas contrasten nuestra percepción y nos muestren cada uno sus logros, incluso como una buena forma de recordarnos quiénes son y a qué mismo es que han estado dedicados este año y que proyectan para el futuro.