La denuncia presentada por el diario El Universo, en el sentido de que espías de la DAS habrían interceptado llamadas inclusive de los teléfonos del mismo presidente de la República, Rafael Correa, eleva la situación a crítica, puesto que es una nueva ofensiva realizada por el servicio secreto del vecino país que ha vulnerado, una vez más, la soberanía ecuatoriana.
La descripción que hace el diario, basado en fuentes seguras y confidenciales, demandan una inmediata y muy clara explicación del gobierno colombiano, previa al pronunciamiento del lado ecuatoriano.
Mucho más si tanto el presidente Álvaro Uribe cuanto a su ministro de Defensa del año 2008, Juan Manuel Santos, han estado al tanto de la situación, lo que hace mucho más necesarias las explicaciones del vecino país, que se complican en razón a que Santos, quien además de ser el electo presidente de Colombia tiene en su contra una orden de arresto emitida por la Corte de Justicia de Sucumbíos por el bombardeo en Angostura.
Aparte de aquello, los ecuatorianos estamos temerosos al conocer el estado de indefensión en el que nos encontramos y que la seguridad nacional vuelve a quedar en ridículo, al haber sido incapaz de detectar las acciones que agentes extranjeros realizaran y, probablemente, continúan realizando en nuestro suelo patrio, con pasmosa facilidad.
Los escudos protectores de  los servicios de inteligencia hacen agua, delicada situación que el gobierno está obligado a de inmediato superar.