El rotativo relata cómo el asesino de la estudiante de Derecho, Carmen Heyssen, que murió de cuatro balazos en la puerta de su casa, confesó haber cobrado 20 soles por el encargo.
Heyssen, de 44 años, tuvo la mala fortuna de haberse convertido en una testigo clave de otro asesinato, el del ex preso por narcotráfico Richard Camayo Aliaga, que había caído también a balazos solamente horas antes.
El ex director de la Policía peruana, Luis Montoya Villanueva, aseguró que entre 2009 y lo que va de 2010 se han cometido unos treinta asesinatos por encargo solamente en El Callao (población vecina a Lima), pero el ministro del Interior, Octavio Salazar, dijo que sólo son ocho casos de "sica
riato" en el año en curso.
Fuentes de la policía aseguran que hay carteles del narcotráfico (mexicanos y colombianos) con "oficinas" dentro del Perú que funcionan con la cobertura de negocios legales como cantinas o locutorios, y en los que se preparan extorsiones, amenazas y ajustes de cuentas.
El diario añade que los asesinatos pueden llegar a "valer" 10.000 dólares, si la víctima es un alto cabecilla de alguno de los carteles.