Eran las palabras de Querubín Chinga, director de "Unidos somos más", en una entrevista pasada para la revista D7 de El Diario.
Chinga se refería así a los cambios en la ley ecuatoriana para con la comunidad gay al aceptarse la unión de hecho entre dos personas y no especificar "hombre y mujer".
Ese sentimiento de satisfacción se volverá a sentir en la comunidad mencionada mañana, día en que se celebra el orgullo gay.
Pero Ecuador no ha sido el único país en avanzar en materia de aceptación de las distintas orientaciones sexuales y los derechos humanos.
De hecho en la región hay una tendencia a caminar por ese mismo sendero de la tolerancia hacia parejas del mismo sexo.
Pese a ello, algunos consideran que existen ciertas paradojas en el tema de las leyes que amparan a los homosexuales.
En México, por ejemplo, se aprobó el matrimonio entre homosexuales pero desde entonces ha aumentado el grado de homofobia en la sociedad.
En Brasil, uno de los más avanzados en la garantía de derechos para los homosexuales, sólo algunos estados reconocen las uniones civiles. Desde el gobierno se ha desarrollado un programa de no discriminación denominado “Brasil sin homofobia” que es transversal a todos los servicios y ministerios y que ha funcionado bastante bien.

En Uruguay
Uruguay también presenta algunos avances. Desde diciembre de 2007 existe el reconocimiento para las uniones civiles de las parejas homosexuales bajo el concepto de uniones concubinarias de distinto o igual sexo. Con ello, se garantizan derechos y obligaciones para las parejas heterosexuales y homosexuales que convivan más de cinco años sin interrupciones, como la asistencia recíproca, creación de sociedad de bienes, derechos sucesorios, cobro de pensiones por fallecimiento y otras disposiciones vinculadas a la seguridad social.
En septiembre del año pasado, también se señaló en los medios de comunicación la aprobación de una ley de adopción a parejas homosexuales, pero no fue tal. Lo que hubo fue una modificación que permite abrir las posibilidades de adopción a otras organizaciones que no estuvieran ligadas a la iglesia Católica, pero no consagra explícitamente esa posibilidad para parejas de gays o lesbianas. De hecho, la ley se refiere a la adopción de concubinos, pero habla del orden de los apellidos del padre y de la madre, pero en una unión concubinaria homosexual no existe un padre y una madre.
Un caso especial también se da en Colombia. El país cuenta con una ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo pero no existe un matrimonio que sea igual al de los heterosexuales y en esa lucha se encuentran hoy los grupos de defensa de los derechos homosexuales.

Piñera anuncia ley para uniones de hecho

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, aseguró que “ vamos a promover una legislación que resuelva problemas reales de carácter patrimonial” para las parejas de hecho, incluso del mismo sexo. El anuncio surge luego que el senador Andrés Allamand  (de RN, igual que Piñera) adelantara que esta semana presentará un proyecto de Acuerdo de Vida en Común para regular la convivencia de parejas tanto hetero como homosexuales. El presidente, sin embargo, puntualizó que su iniciativa no desnaturalizará  “la esencia del matrimonio, que es la unión entre un hombre y una mujer”. Piñera expresó que en Chile “existen dos millones de personas que conviven sin estar unidas en matrimonio”  y el gobierno  “no  discriminará por origen social, étnico, condición económica, ni tampoco por preferencia sexual u opción religiosa”. Esto generó la inmediata reacción en la Unión Demócrata Independiente  (UDI), aliada del gobierno, que no desea legislar sobre la materia.