“No podemos decir que lo que nosotros decimos en el informe es toda la verdad y solo la verdad y nada más que la verdad, es solamente una parte de la verdad.” (Julio César Trujillo, miembro de la Comisión de la Verdad)

A lo largo de 22 meses y a un costo de 2 melones de cholo-dólares, la controvertida “Comisión de la Verdad” se encargó de investigar los casos de violación de los Derechos Humanos cometidos  durante los últimos once periodos presidenciales (incluyendo el actual).
El informe que la Comisión ha puesto en manos del Gobierno, se fundamenta (principalmente) en noticias publicadas en su momento por los medios de comunicación. Así que, en los casos narrados no encuentro novedad alguna. De manera que no caben dudas sobre la autenticidad de los hechos delictivos (de los delincuentes) y represivos (de los represores) contenidos en el documento.
Sin embargo, es imposible evitar suspicacias e inquietudes acerca de la imparcialidad de ciertos integrantes de la “Comisión de la Verdad” y del “comité de apoyo”. ¿No creéis vosotros, que la delicadísima tarea de investigar, denunciar e informar hubiese sido mejor encomendársela a elementos desvinculados totalmente de los casos investigados? Habiendo tantisísimas personas de insospechada solvencia ética y moral en el país. Estoy seguro que las conclusiones habrían sido las mismas. Pero (el infaltable), en los ecuatorianos el informe habría producido otro sabor: de credibilidad,  de confianza.
Los ejemplos que voy a citar a continuación, están en la prensa. Ninguno es producto de mi imaginación ni de mis prejuicios que, como todo ser humano confieso tenerlos. ¡Levante la mano quien no tiene prejuicios!
Elsie Monge: “… colaboró en el asalto al Banco de la Producción en 1986, tiene un frondoso pasado judicial vinculado al grupo subversivo Alfaro Vive Carajo” (Gral. Edgar Vaca, ex - comandante de Policía en su libro Terrorismo y Subversión). Otra: “La Directora de la Comisión Ecuménica de los Derechos Humanos, Elsy Monge, se encuentra detenida acusada de haber atropellado y dado muerte el fin de semana (16 de agosto del 2004) a su compañera de trabajo, la religiosa Laura Blendy, de 72 años de edad” (El Mercurio de Cuenca 18 de agosto del 2004). Y otra: “En un lamentable atropello causado por Elsie Monge, activista de los Derechos Humanos, conduciendo el vehículo Nissan Sentra, placas PXM 254, fueron arrollados en Quito (ave. 10 de Agosto y Pasaje Carlos Ibarra) los cabos de la Policía, Leonel Guillén y Ángel Vizcarra, quienes circulaban por el sitio en a motocicleta No. 150 perteneciente a la Unidad de Policía Comunitaria del sector de León...” (Diario Extra, diciembre 15 del 2004).
Pedro Restrepo, padre de los desaparecidos hermanos Restrepo. Nunca me cansaré de lamentar su desaparición calificada como “crimen de Estado”. (Continuará)