El sistema de auxilio de emergencia de la Policía Nacional y del Cuerpo de Bomberos está siendo abarrotado de llamadas falsas, producto de irresponsables que sienten placer en molestar al prójimo y de causar inconvenientes a la prestación de servicios de estas importantes instituciones.
Y el asunto es de suma preocupación porque ha llegado a causar accidentes cuando, por ejemplo, por el apuro de llegar a los sitios donde supuestamente sucede la emergencia, los vehículos han sido impactados por otros desaprensivos ciudadanos que no respetan el paso de los carros de rescate o de acción inmediata.
Y los casos son variados porque la interferencia al buen accionar de policías, bomberos y cruzrojistas significa riesgos inclusive de muerte, tanto para quienes acuden a las llamadas de auxilio cuanto para quien en realidad lo necesiten.
Porque no sólo es que llaman para burlarse, insultar o simplemente interrumpir, sino que, con el deseo enfermizo de sentir que causan nerviosismo al crear situaciones urgentes inexistentes, demoran la llegada a una real emergencia.
En estas circunstancias, es importante entonces que se concrete y perfeccione el anuncio de la Superintendencia de Telecomunicaciones que dice del control a estas llamadas, comenzando por las que se efectúan desde celulares, para lo cual las empresas operadoras deberán seguir un procedimiento que permita localizar y luego sancionar a quienes caen en esta malhadada costumbre.
Cabe indicar que los principales de las entidades de socorro y emergencias en varias ocasiones han solicitado a la empresa de telefonía fija la colaboración para detectar a los molestosos, pero no han logrado una participación activa y permanente.
Entonces, la ciudadanía espera que este sea el arranque de un verdadero programa de cooperación interinstitucional que evite los peligros que innecesariamente aumentan para los rescatistas y paramédicos en su ya, de por sí, peligrosa y arriesgada labor.