25 padres de familias que hasta el 2009 no tenían un ingreso fijo, hoy tienen un sueldo para solventar los gastos de sus hogares y evitar que sus hijos menores de edad trabajen en situaciones de riesgo.
Ellos se ocupan de diferentes oficios en la empresa pesquera Eurofish, que abrió sus puertas para apoyar las acciones del Programa de Erradicación del Trabajo Infantil (PETI) en Manta.
Luisa Pico, coordinadora del programa, dijo que multiplican esfuerzos para lograr que los padres de los menores trabajadores logren un empleo y así los niños dejen las calles, ladrilleras, mecánica, mercados, pesca y otras actividades laborales que no deben estar haciendo.
"En estos momentos estamos tocando las puertas de la empresa La Fabril, precisamente, para obtener un sí y poder insertar a un nuevo grupo de padres de familias que están dispuestos a trabajar", señaló Pico.
El trabajo también significa riesgos en la salud de los niños. Por ejemplo, el humo de las ladrilleras afecta los pulmones y, sobre todo, las neuronas en los menores, provocando desgaste intelectual, señaló Mariana Moreira, directora ejecutiva del Consejo Cantonal de la Niñez y Adolescencia.
Monitoreo
El PETI tiene un registro de 235 menores de 15 años que están bajo proceso de monitoreo en la zona rubana de Manta, de los cuales 122 han recaído o vuelto a las calles a trabajar.
Incluso 20 de ellos han dejado de estudiar.
Los controles contra el trabajo infantil se han intensificado por este motivo.
El último fin de semana sacaron de sus trabajos a 6 niños en Playita Mía, 2 en el mercado Central, 4 en El Murciélago y otros seis en los alrededores del mercado de Tarqui.
A los padres de los menores se les advirtió que pagarán de 50 a 300 dólares de multa si los niños retornan a trabajar.
La sanción es amparada por el Código de la Niñez y Adolescencia.