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Manabí
Lluvias cayeron en cinco cantones de la provincia

El invierno aún no se manifiesta en zonas densamente afectadas por la escasez de agua como Tosagua, Rocafuerte, Sucre, Bolívar y Pichincha, lo que hace que la sequía haya entrado a su onceavo mes en estos cantones.

Jueves 07 Enero 2010 | 20:05

Sin embargo, la noche y madrugada de ayer en otros  cantones como Portoviejo, Junín, Montecristi, Paján y 24 de Mayo, se registró una reconfortante lluvia, la que se prolongó durante las primeras horas de la mañana, mientras que el resto del día se mantuvo brumoso.
El invierno del 2009 fue de apenas dos meses (enero y febrero), lo que ha provocado  grandes pérdidas agropecuarias en la provincia.
Las altas temperaturas se mantienen sobre los 33 grados centígrados en los mencionados sectores, según el registro de previsiones del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), y ello consume la esperanza de los productores en general, quienes esperaban que el nuevo año llegara con lluvias.
“En el cantón Bolívar ni en la zona montañosa ha llovido”, precisó Johnny Mero, comunicador del municipio del cantón.
En la zona seca de Junín la sed se acrecienta, al igual que en Rocafuerte, en donde ya se han preparado las albarradas con la esperanza de que el invierno de este año sea mejor que el del año pasado y se llenen los reservorios para el abastecimiento de agua en verano.
En comunidades como La Laguna, San Ramón, La Florita y Los Pechiches de la parroquia Charapotó del cantón Sucre, ni siquiera ha llegado alimento para el ganado, mucho menos agua.
Evaristo Chumo, representante de la comunidad La Laguna, indicó que los reservorios ancestrales que tenían en la comunidad fueron afectados por una maquinaria que llegó a realizar trabajos de limpieza. “La propuesta a la Gobernadora fue que no se meta máquinas a las albarradas, sino que se pague a los habitantes de la comunidad para que hagan ese trabajo, porque de esa manera se ayuda con el jornal a esta gente y se conserva esta reliquia”, dijo. Chumo aseguró que las albarradas que fueron construidas por los aborígenes han estado por siglos en el lugar y han beneficiado a las comunidades, porque son las que en época de invierno se llenan y en verano los abastecen del escaso y preciado líquido.
Ludis Chumo, quien vive en el sitio San Ramón, y es dirigente de la mencionada comunidad, exhorta a las autoridades provinciales que atiendan el clamor de quienes viven en la denominada zona alta de Charapotó.
Sin embargo, Carlos Bailón, agricultor del sitio La Seca, hace lo único que sabe, producir la tierra. Él habilitó un almacenamiento de agua.

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